En un ambiente de gran recogimiento se llevó a cabo el acto de conmemoración de los 44 años del 11 de septiembre de 1973. El auditorio Dr. Salvador Allende del Colegio Médico se repletó de más de 150 asistentes a una jornada llena de emociones, recuerdos y por sobretodo de homenaje a los médicos mártires que se recuerdan en el memorial de nuestra institución.
El Dr. Enrique Morales, presidente del Departamento de Derechos Humanos, fue el encargado de iniciar con sus palabras este emotivo acto; “El ejemplo en vida de estos médicos, nos ha formado y guiado a muchos de los presentes, de alguna manera me siento y nos sentimos Hijos de estos médicos, de su vida de entrega y lucha por los Derechos de las personas, por el incesante anhelo de una vida y sociedad más justa para todos (…) Pido permiso a los familiares directos para decir que sus seres queridos son parte de nuestra vida, no solo de nuestros recuerdos, sino que son guía de nuestro trabajo, por ejemplo cuando ejercemos nuestra labor en un hospital público y cuando realizamos nuestra labor en el Departamento de Derechos Humanos”
En el camino del rescate de nuestras memorias colectivas, el departamento de derechos humanos a través de un fondo concursable presentado al colegio médico de Chile, impulsó la creación de tres documentales que valoran el aporte y las vivencias de diversos colegas en la historia del país. Esta ceremonia fue el escenario perfecto para presentar uno uno de estos documentales, titulado el “El Tren de la Salud”, pieza audiovisual que rescata el viaje a las regiones más apartadas de Chile de un colectivo de médicos, dentistas, enfermeras, matronas y otros profesionales de la Salud, en el marco del histórico aporte de los hombres y mujeres de la Salud a la construcción de derechos sociales en Chile.
Posteriormente, y en uno de los momentos más emotivos de la jornada, se realizó la visita al memorial donde se dejaron claveles en recuerdo de los 21 médicos mártires.
Al regreso al auditorio Salvador Allende los esperaban los actores de la obra “Mi Abuelo Horacio”, que a partir de la estética del cuenta cuentos, recuperando el camino del diálogo con el público, con música original, desplegando un espacio escénico lleno de colores desarrollaron un relato personal e íntimo que devela la historia de Chile y de toda América Latina desde el mundo cotidiano de las relaciones familiares, los afectos y los vínculos profundos. Una obra dirigida y escrita por Malucha Pinto, con la producción de Paola Lara, diseño integral de Queno Delgado, música original de Aníbal Pinto, con las actuaciones de Carola Carrasco y Pablo Fuentes.
Luego Malucha Pinto encabezó un conversatorio en que los asistentes junto con agradecer el espacio y todas las emociones vividas a través del relato en la obra, contaron sus experiencias, hablaron de sus padres, de sus abuelos, de sus familiares, de aquellos que también perdieron en el período de la dictadura. Así también destacaron el rescate de la memoria y cómo estas instancias permiten mantener viva la historia y a quienes lucharon por recuperar la democracia.
En representación del Ministerio de Salud asistió al acto la Subsecretaria de Redes Asistenciales, Dra. Gisela Alarcón quien en sus palabras señaló que “la historia hay que contarla, recordarla y entenderla, para que nunca más vuelva a ocurrir, pero cómo hacemos que eso efectivamente se haga realidad y sea el objetivo que nos permita construir ese país mejor hacia el que todos queremos llegar”. Agregó que no sólo debemos homenajear a nuestros médicos sino a tantos que todavía no sabemos dónde están. “El legado del presidente Allende sigue vigente, fue un médico salubrista, un médico estadista y un médico presidente, y lo que el construyó, con el deseo y la convicción profunda de que la salud sea un derecho para todos sus habitantes en este país, es un mensaje que estamos trayendo de vuelta y está presente como nunca antes”, añadió.
Emotivo homenaje a Dr. Alvaro Reyes
En el marco de esta ceremonia llena de emociones, el Departamento de Derechos Humanos quiso reconocer a quien fuera el Presidente de esta instancia y un incansable luchados por la democracia y los derechos humano, el Dr. Álvaro Reyez Bazán.
El Dr. Reyes, a los 45 años, con 20 años de servicio en la Asistencia Pública, le toca vivir la experiencia más traumática de su vida, el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. A los 6 días de ocurrido es expulsado de la exPosta Central, detenido, trasladado a la Escuela de Especialidades de la FACh, siendo sometido a múltiples interrogatorios, torturas y violaciones a sus derechos humanos. Permaneció 11 meses detenido en la Penitenciaría de Santiago, lugar en que recibió el apoyo y afecto de muchas personas y dado que era el médico de la selección chilena de fútbol, fue visitado por un gran número de jugadores antes de partir al mundial del 74, entre los cuales destacan Carlos Caszeli y Leonardo Véliz, así como también por el dirigente Abel Alonso quien le llevó un televisor ANTU para que no se perdiera el mundial. Posterior a esos meses, fue sobreseído temporalmente y puesto en libertad.
A pesar de todo lo vivido, su gran espíritu inquebrantable, su respeto por la vida y la justicia le permitió mantenerse firme en sus convicciones. Tuvo la opción de irse del país, pero valientemente eligió quedarse para luchar contra la dictadura en la clandestinidad y seguir con la actividad partidaria hasta el regreso de la democracia y aportar, como el decía “su granito de arena”.
De esta forma, continuó trabajando por los derechos humanos, ayudando a quien lo necesitaba, siempre generoso, trabajador, con una sonrisa amable, respetuoso y calmado, desempeñándose como médico de la Vicaría de la Solidaridad, razón por la cual, fue detenido con otros valientes médicos, permaneciendo preso por tres meses en el año 1986, siendo liberados luego de una gran moviización social, que esta vez incluyó a la dirección del Colegio Médico de Chile. Se desempeñó también, como Consejero del Regional Santiago por seis años. Período en el cual asumió la responsabilidad de refundar el Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico Nacional, el cual Presidió por dos períodos. Conformó un equipo de profesionales comprometidos que han logrado contribuir en forma sustantiva a la defensa de los Derechos Humanos en el Chile actual.
La encargada de entregar palabras de reconocimiento en nombre de su familia fue su sobrina Rocío Reyes, quien leyó una carta de su padre, quien se encuentra en Londres.
Luego el Dr. Reyes agradeció este homenaje con la humildad que lo caracteriza; “Todo lo que he hecho en mi vida ha sido consciente en el sentido de cumplir deberes y mi vida profesional ha sido cumplir un deber y una ambición mía, servir al prójimo, en todo orden de cosas, en lo político también, de ahí mi militancia en el partido comunista, con ese ánimo, con esa actitud siempre, esta breve síntesis de lo recorrido me dejan orgulloso de haber tenido la oportunidad de vivir y de poder compartir experiencias con mucha gente, de gran sensibilidad que me ha dado su afecto a la cual yo he tratado siempre de retribuir, muchísimas gracias por el homenaje que ustedes me hacen, que como les digo me da vergüenza porque considero que es excesivo, gracias a todos y les deseo lo mejor en el resto de su vida”
Comisión de verdad
Al finalizar una emotiva jornada vinieron las palabras del Presidente del Consejo Regional Santiago, Dr. Pablo Salinas, quien junto con destacar y agradecer todo lo vivido en esta ceremonia destacó que “Tenemos la convicción de que el perdón se pide de manera profunda y honesta a todos”.
En esa misma línea la Presidenta Nacional del Colegio Médico, Dra. Izkia Siches destacó el rol social de los médicos mártires y sus familias, y reiteró el compromiso de trabajar en una comisión de verdad. “Estas causas que los llevaron a dar la vida, hoy están más vivas que nunca. Como colegio buscaremos las responsabilidades por sus muertes y sus desapariciones. “Pero sabemos que la mejor forma de recordarlos y de responder a los que torturaron, ejecutaron e intentaron aplastaron las ideas de un mundo más justo, es organizarnos y trabajar duramente por ellas. Estamos seguros que ustedes harían lo mismo en nuestro lugar (…) A los que nos quedamos, no basta con recordar. Tenemos el deber de retomar esta posta. Es urgente trabajar por una salud digna para todos y todas. Nuestro trabajo de largo plazo debe ser consistente con este homenaje. Hoy más que nunca, todos nuestros colegas caídos se encuentran presentes en el Colegio Médico de Chile.”