La Navidad 2016, sin lugar a dudas, fue muy especial para la familia del pequeño Ignacio Pérez Torres. El menor de 6 años sufrió a fines de noviembre una falla hepática fulminante, lo cual lo convirtió en prioridad nacional para trasplante de hígado. Sin embargo, y en un escenario lamentablemente cada vez más habitual de lo que se esperaría, no hubo donantes para Ignacio. Las 48 horas siguientes fueron críticas, pues su cuadro se agravó ante lo cual la familia planteó la posibilidad de un trasplante con donante vivo proveniente de Eduardo, su papá. La cirugía se programó con dos pabellones simultáneos y comenzó un sábado a las 9 horas y tras 11 horas finalizó exitosamente gracias al trabajo conjunto de un equipo médico multidisciplinario. Semanas más tarde, el sábado 17 de diciembre Ignacio fue dado de alta y volvió junto a su familia en una historia que se convirtió en el primer trasplante hepático en regiones con donante vivo.
Procedimiento se realizó en Clínica Sanatorio Alemán, único establecimiento acreditado desde 2009 para trasplante de hígado fuera de la Región Metropolitana.
Detrás del pequeño hay un anónimo y multitudinario grupo de personas que siguieron su caso con gran esperanza y un equipo de profesionales de excelencia liderados por el Dr. Franco Innocenti Castro, cirujano digestivo y trasplantes, jefe de la Unidad de Trasplantes de la Clínica Sanatorio Alemán, recinto donde se realizó esta exitosa intervención.
Menos de un mes después, surgió un caso similar, pero esta vez afectó a una niña de sólo 9 meses, quien también recibió parte del hígado de su padre. Ambos se recuperaban al momento de publicar esta información.
Medicina Regional
La Clínica Sanatorio Alemán de Concepción es el único establecimiento asistencial desde el año 2009 acreditado para trasplante de hígado fuera de la Región Metropolitana. A la fecha, contabilizan 19 trasplantes hepáticos, dos de ellos con donante vivo. Descentralizar esta oportunidad para los pacientes no ha sido un trabajo fácil ni rápido. En el año 2004 cuando el Dr. Franco Innocenti volvió de su entrenamiento en la Clínica Mayo en Estados Unidos, estuvo ejerciendo en Santiago donde replicó el modelo aprendido y adquirió expertis. “En esos años, el 75{ee7e87f9e0e73f133bf1bc4058c4ab7bf8ca9a244c464f6fb73806cbfeac9629} de las personas en lista de espera tenían residencia en la Región Metropolitana y sólo un 4{ee7e87f9e0e73f133bf1bc4058c4ab7bf8ca9a244c464f6fb73806cbfeac9629} eran de la Región del Biobío… entonces nos preguntamos por qué era así si Santiago representa sólo el 40{ee7e87f9e0e73f133bf1bc4058c4ab7bf8ca9a244c464f6fb73806cbfeac9629} de la población nacional. Era un claro ejemplo de la enorme desigualdad territorial del país”.
Esta observación y su permanente anhelo de volver a la ciudad de origen y donde se había formado (Universidad de Concepción) tanto en el pregrado como en el postgrado, finalmente lo llevaron al Hospital Guillermo Grant Benavente. Los años que siguieron, entre 2005 y 2009, siendo Jefe de la Unidad de Trasplantes, sostuvo junto a su equipo múltiples reuniones en pro de buscar apoyo, alianzas y concientizar sobre la importancia de ser un centro de trasplante hepático. No obstante, las conversaciones no llegaron a buen puerto, ya que se trata de un procedimiento complejo, donde quienes tenían conocimientos conocían también las limitaciones del medio y los que no los tenían con frecuencia se oponían por desconocimiento.
Fue en este período en que Sanatorio Alemán en una visión diferente trabajó por este proyecto y logró la acreditación. Sin embargo, no fue hasta octubre de 2010 que pudo realizarse el primer trasplante, pues no existía el convenio Fonasa que otorgara a sus beneficiarios la cobertura financiera que esta intervención de alto costo requiere. El convenio sólo se gestó luego de que un pequeño niño de 7 años, también de nombre Ignacio, presentara una falla hepática fulminante y cuyo estado crítico le impedía trasladarse a Santiago. Ante esta situación y la presencia del equipo médico disponible en la clínica privada, se exigió se suscribiera el convenio que diera garantías de cobertura a Ignacio y a los pacientes públicos que lo requirieran. Hoy Ignacio tiene 13 años, se encuentra en buen estado de salud y por estas fechas asistió a su control médico con el Dr. Franco Innocenti.
Una esperanza para los pacientes
Para el especialista lo vivido ahora, 6 años después con Ignacio Pérez, el primer trasplante de hígado con donante vivo, significa “un gran avance para la cirugía de trasplantes y, sin duda, algo simbólico, ya que representa la búsqueda y el encuentro de una oportunidad de terapia para nuestros pacientes…porque aunque solamente el 2{ee7e87f9e0e73f133bf1bc4058c4ab7bf8ca9a244c464f6fb73806cbfeac9629} de las personas que fallecen pueden ser donantes y la mitad de ellos se pierde por la negativa familiar, aún cuando tengamos muy pocos, esto es una esperanza para aquellos pacientes que llegan a un trasplante, ya que tienen una buena posibilidad de sobrevivir y desarrollarse en forma normal… Esto tiene un trasfondo muy importante desde el punto de vista de igualdad social, de igualdad de acceso a terapia médica y de desarrollo de la medicina en provincia”.
-¿Cómo respondió el equipo médico a este requerimiento?
– Ser parte de esta Unidad de Trasplantes significa que al surgir una cirugía de trasplante, éste se convierte en la prioridad para quienes somos parte. En lo individual eso tiene impacto, pero en lo grupal significa coordinar a al menos 15 profesionales de la UCI de adultos o de niños, gastroenterólogos, anestesiólogos y cirujanos. Además, dependemos de un sistema porque el enfoque multidisciplinario así lo exige con nefrólogos, cardiólogos, inmunólogos, infectólogos y cirujanos formados varios en el extranjero, además de médicos intensivistas e intervencionistas. Es un círculo grande de profesionales que pone al servicio del paciente todo su conocimiento, porque las complicaciones de un paciente trasplantado con específicas y diferentes a las de otros pacientes.
-¿Y qué evaluación hacen del trasplante en si?
– Hay que considerar que este tipo de intervención pone en riesgo la vida del donante o bien de presentar complicaciones, por lo tanto, lo primero es hacer una evaluación exhaustiva antes de plantear la posibilidad de donación. A pesar del resultado, no podemos ser autocomplacientes, tenemos que seguir superándonos y debemos estar atentos a los cambios que pueden surgir. Lo ideal sigue siendo el donante cadáver, pero aún en países con una alta tasa de donación, surgen este tipo de casos que clínicamente empeoran muy rápido y donde la toma de decisiones es crucial. Considerando específicamente éste, en el que se debió actuar bajo un alto nivel de presión, donde tuvimos que hacer los estudios y evaluaciones en tiempo record, tomar decisiones correctas aún cuando teníamos claro que las cosas podían ir mal, estamos satisfechos del resultado. Como equipo tuvimos una gran carga emocional también, porque nuestra responsabilidad con el paciente y con su familia es enorme y no es sencillo manejar eso…porque a pesar de nuestra formación hay cosas que como profesionales nadie nos enseñó.
-¿Cuál es su opinión sobre la conveniencia de que otros centros se acrediten como Unidades de Trasplante en Chile?
– En Santiago existen 8 centros de trasplantes y nosotros hacemos más de la mitad de lo de ellos. En Concepción, antes de contar con este centro perdimos muchos pacientes que no tenían posibilidad de trasladarse a Santiago. Efectivamente no todos son candidatos a trasplante por presentar infecciones, tumores o complicaciones neurológicas, pero además de los donantes se necesita que los recursos financieros, humanos y de infraestructura estén cerca de los pacientes. Por ende, en regiones debe haber y se debe potenciar la creación de nuevos centros de este tipo. Todo lo que hemos logrado hacer, nuestros buenos resultados y en un lugar que supuestamente tiene menos recursos, debieran ser un estímulo para las autoridades de Salud para que respondan a esta necesidad. Por nuestra parte, ya lo hicimos y demostramos que se puede.